La historia de tu vida no es una historia. Es TU historia.

He tenido que recordarme más de una vez, que como dice uno de mis mentores, el Sr. John C. Maxwell, nuestra vida no es una prueba de vestuario. Es lo que está sucediendo todos los días.

A veces vemos en otros lo que, en secreto, nos gustaría hacer a nosotros y nos guardamos ese deseo en una cajita en el corazón como si no sucediera nada… total… nadie se va a enterar. Y pasan los meses y los años y cada vez que somos testigos de una situación similar, ese sueño que creíamos archivado, vuelve a agitarse adentro nuestro.

Bueno, dejame decirte lo que me sucedió a mí. Creía que nada sucedería por callármelo porque nadie se iba a enterar…. Pero resultó que YO lo sabía. Y ese sueño, casi “imposible”, que era muy lindo de pensarlo, con el tiempo… encerrado… dejó de ser una alegría y empezó a transformarse en un dolor… en una frustración personal… Y busqué todas las excusas para justificar mi inacción… pero el dolor de impedirle salir a la luz no se fue… Pero los años, si.

Hasta que un buen día, después de un proceso de desarrollo personal, la manera en la que venía mirando ese sueño cambió. Entendí que nadie me lo impedía, más que yo misma. Que ahí estaría hasta que yo decidiera hacer algo con él. Pero sobre todo, que ya no se trataba solo de mí, sino del propósito detrás de ese sueño en sí, que me iba a impactar a mí una vez que te haya impactado a vos primero.

No sé cuál sea ese sueño que está guardado en una cajita en tu corazón. Pero sí se algo. Te va a acompañar toda la vida. Porque no es parte de la vida de otro, sino de la tuya. Y también sé que, mientras lo mantengas en cautiverio, habrá una raíz de amargura adentro tuyo…. y otras personas nos estaremos perdiendo de beneficiarnos de él.

Ya sabés de qué estoy hablando? Verdad que sí? Comentame.

Te veo.
Caro.

Y si quizás funciona?

Te pasa que la mayoría de las veces que se te ocurren ideas “alocadas”, tendés a pensar: “Nahhhh, no va a funcionar”? Quizás fantaseás un rato con la idea en tu mente, pero con el cuidado de saber que solo es un juego entre tú y tú. Porque, siendo tú, por qué funcionaría?

Es más sencillo pensar que es imposible, porque de esa manera podemos desestimar lo que ansiamos y nos mantenemos dentro de nuestra zona de comodidad, viviendo en la incomodidad conocida. Quizás ya lo intentaste alguna vez y no funcionó. Las evidencias hablan por sí mismas, verdad? De ninguna manera te atreves a pasar por esa frustración de nuevo.

Es natural que llevemos nuestros pensamientos hacia lo negativo, hacia todo lo que podría salir mal, a justificar por qué no debemos hacerlo y a protegernos de sufrir. Está en nuestra naturaleza humana. Pero no tiene por qué controlar lo que terminamos haciendo al fin.

Porque… y si quizás funciona? Es una posibilidad, tanto como que no funcione. Y no le prestamos mucha atención, ó no le damos cabida en nuestra mente. Pero la realidad es que existe la posibilidad de que funcione. Y para eso, debemos hacer cambios, quizás dejar malos hábitos e incorporar nuevos, adquirir conocimientos que no tenemos aún, pensar diferente, entre otras cosas.

Todo esto nos genera esfuerzo, esfuerzo mental. Quizás más que correr en la pista de atletismo. Pero así como ese entrenamiento físico, el aprender a pensar y hacer diferente, con el tiempo, trae su recompensa.

Piensa qué cosa de tu vida podría cambiar si te atrevieras y funcionara? Qué es lo que permitiría? Dónde prefieres estar? En el lugar de la posibilidad o quedarte incómodo donde ya estás?

Hasta cuándo continuarás estancado?

 

Recuerdo cuando me hicieron esa pregunta: “Hasta cuándo continuarás estancada?” Básicamente significaba: cuánto tiempo más estás dispuesta a gastar de tu vida viviendo una vida que no te completa?
El proceso de la transformación requiere mirar hacia adentro, hacernos las preguntas que usualmente preferimos esquivar. Enfrentarnos con nuestra sombra, porque es ahí donde se nos revela lo que estaba oculto y nos mantenía atados.
Solo cuando valoramos nuestra vida lo suficiente estamos deseosos de vivirla con propósito y a propósito.
Es sencillo? No. Habrá pérdida? Si. Llevará tiempo? Más del que quisieras.
Pero te aseguro que valdrá la pena.
Te abrazo.
Caro.-

Supera ese desafío

 

Tantas personas desearían que la vida fuera más sencilla, con menos desafíos y sin obstáculos. Pero una vida sin desafíos se volvería estancada y dejaríamos de crecer. Los desafíos nos ayudan a descubrir quiénes somos y nos permiten convertirnos en mejores personas.

 

Comparto contigo un proceso simple de cuatro pasos para superarlos.

 

1. EXPRESA EL PROBLEMA CLARAMENTE

Cuando nos toca enfrentar desafíos, tendemos a esquivar el problema, movernos en la dirección opuesta y poner la cabeza en la tierra esperando que se vaya de una vez. O, decimos – “ok, aquí hay un obstáculo, en vez de chocarme directamente contra él ó atravesarlo, voy a buscar otro camino. Y, si bien esa no es la dirección en la que quiero ir  parece más sencillo… menos dolor de cabeza…”. Pero raramente eso funciona. Al final nos causamos un dolor mayor cuando lo evitamos ó nos salimos de nuestro camino. Nos toma más de nuestro tiempo, más de nuestra energía y no obtenemos el resultado final que estábamos buscando.

Así que, primero que nada, tómate el tiempo para entender cuál es el desafío. Pregúntate cuál es la pregunta? Qué es lo que se me pide? Separa el problema de la persona. Cuál es el objetivo principal? Escribe esto en un papel.

 

2. identifica QUé TIENES A DISPOSICIÓN

Identifica qué recursos tienes a tu disposición para superar este desafío? Enuméralos  todos. Debes incluir cosas como activos tangibles: dinero, computadora, celular, etc. Y, luego: las habilidades tienes, cuáles son tus fortalezas para superar este desafío? Finalmente, no te olvides de los demás: Quién podría guiarte, darte información que te apoye o ya ha superado ese mismo desafío y conoce el camino? Qué acceso tienes a esos otros que puedan ayudarte? Escribe todo esto en un papel.

 

3. DISEÑA UNA ESTRATEGIA PARA SUPERARLO

Una vez que hayas identificado cuál es el problema realmente y los recursos que tienes a tu disposición, utiliza todos tus activos para crear un plan de acción. Qué podrías hacer primero, qué cosa en segundo lugar, qué cosa en tercer lugar, etc. Elige. Determina por dónde comenzarás y lo que harás en qué orden.

 

4. EJECUTA LA ESTRATEGIA CON ESFUERZO Y DETERMINACIÓN

Ponte en acción. Ejecuta tu plan. Haz todo lo mejor que puedas con todo lo que tienes. No trabajes a medias. Realmente sé ejecutivo, muévete con seguridad, sé firme en tu accionar.

En la medida en que empieces a ejecutarlo, es posible que te des cuenta que este plan deba modificarse, y eso está bien. Síguelo.  

Si, aún así, encuentras que no has podido superarlo, tómate un tiempo para re-evaluar. Tu  estrategia no funciona porque no es viable o efectiva? Entonces cámbiala. Tu estrategia no funciona porque no lo hiciste lo suficientemente bien ó no diste tu 100% ? Sé persistente, mejora tu esfuerzo y da más de ti. 

Practica este método en desafíos pequeños y verás qué fácil es superarlos. Luego lo irás aplicando en otros más grandes. Cada vez que logres superar un pequeño desafío, encuentra la enseñanza detrás de ellos. Pregúntate: “qué aprendí de esta situación?” Identifícala y tenla presente. Cuando se te presente otro desafío podrás recurrir a ella. No solo estarás más preparado, sino que al haber superado uno anteriormente, sabrás que casi todo en esta vida es descifrable. Así que estarás dispuesto a que los desafíos trabajen para ti poniéndote en la situación de tener que estirarte fuera de tu zona de comodidad para resolverlos. Cada vez que te vuelvas a enfrentar a un nuevo desafío piensa: “estoy por crecer en una dirección en la que aún no he crecido”. Cuando agradeces el desafío y te apropias del aprendizaje continuas creciendo.  

Cuál es la barrera más grande con la que te encuentras a la hora de superar desafíos en tu vida y/ó en tu trabajo? 

Déjame un comentario. Me gustaría saber. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por qué un negocio impulsado por un propósito te llevará más lejos

¿Qué es un negocio impulsado por un propósito y por qué nos lleva más lejos?

Un negocio impulsado por un propósito es aquel que de manera consciente e intencional busca alcanzar algo más allá del dinero. Es un vehículo para crear un cambio para las personas, la comunidad, el planeta. Es el motivo por el cual existe. Su esencia. Se construye desde adentro hacia afuera porque, a través de él, quieres ser parte de algo más grande que tú mismo.

Imagina tu negocio como una fuerza para el bien.

Pregúntate: ¿Qué diferencia estoy intentando hacer en el mundo a través de mi negocio?

Define la dirección en la que vas a transitar. La ruta la definirás después.  La mayoría de las personas y los negocios tratan de establecer primero la ruta sin saber la dirección en la que quieren ir. Imagínate que sacas un pasaje para viajar a algún lugar en el mundo. Lo primero que defines es hacia dónde vas a ir. Cuántas escalas te llevará llegar dependerá de otros factores. Incluso aunque viajes en avión no harás una ruta directa. En definitiva, la vida no es una línea recta. Te toparas con desvíos y calles que se cerraron. Pero puedes tener un sentido de hacia dónde estás moviéndote y moviendo tu negocio para identificar qué decisiones te están alejando del lugar al cual deseas llegar.

Las organizaciones que tienen un énfasis excesivo en su desempeño financiero propio apuntan la organización hacia adentro. Esto genera que los empleados se enfoquen en las ganancias a corto plazo, no promueven la innovación, empiezan a crear silos organizacionales y finalmente prevalece la mediocridad. 

Peter Drucker nos recuerda que “la ganancia no es el propósito de una empresa, sino la prueba de su validez. El verdadero propósito de una empresa es crear y retener clientes”. 

Cuando tienes un negocio impulsado por un propósito, las decisiones a tomar, si bien no son más fáciles, están bien claras. Establecer una estrategia implica tomar decisiones. Cuando tienes un propósito claro, tienes el filtro definido para la toma de decisiones correctas. Ya sabes a qué debes decirle que sí y a qué le dirás que no. Dejarás de tomar decisiones apuradas que, a la larga, te harán perder dinero y no te llevarán a ningún destino que valga la pena llegar. 

 

¿Por qué tener un negocio impulsado por un propósito?

 

  • Tienes una diferenciación competitiva significativa y un compromiso emocional necesario para el éxito duradero

 

  • La verdadera completud en la vida no viene de lo que obtenemos. Viene de lo que damos. 

 

  • Empezar un negocio y hacerlo crecer es muy difícil. Cuando tienes un propósito que va más allá de ti mismo tendrás una fuerza invisible que te levantará y motivará para seguir adelante.

 

  • Atraerás mejores clientes. Comunicar tu propósito te acercará a los seres humanos que compartan tu mismo sentir (valores, creencias, maneras de ver el mundo, etc). 

 

  • Atraerás a un mejor equipo. La motivación para trabajar excede la tarea en sí misma. Formas un equipo de seres humanos que, con su trabajo, son parte de algo más grande que ellos mismos. Y cada departamento trabajará por un fin supremo de manera más eficiente.

 

  • Cambiarás vidas. Las mejorarás. ¿Cuánto vale esto? 

 

A veces todo lo que necesitas es descansar.

Qué sucede si entrenas sin parar y exigis tu cuerpo sin control alguno? Lo más probable no es que desarrolles más masa muscular, sino que te desgarres. Así como el cuerpo se cansa de estar en movimiento y requiere descanso para recuperar, a nuestra mente le sucede lo mismo. No es pensando más que pensamos mejor. No es estudiando toda la noche que le permitimos a los conocimientos hacer nido en nuestra memoria. Es dándole descanso a nuestra mente.

Alguna vez te paso de estar estancado con un problema durante la noche sin encontrar respuesta y luego de dormir por la noche ese mismo problema encontró una alternativa a la mañana siguiente? Nuestra mente requiere descansar para poder procesar todo lo absorbido durante el día y para recuperar energía.

Mi papá, que sabe que soy una apasionada de mi trabajo y de mi familia, está todo el tiempo preguntándome si descansé. Siempre creí que el descanso estaba sobrevalorado. Que no necesitaba dormir taaaaanto (8 horas!) hasta que empecé a experimentar problemas de memoria por sobrecarga de información y falta de descanso. El pico más grande de agotamiento mental fue el primer año de vida de mis hijos mellizos. Saqué la cuenta que pasé 6 años sin dormir 5 horas de corrido. Es mucho tiempo sin recuperar descanso. No fue hasta que mi quinta hija cumplió el año y medio que volví a dormir 8 horas otra vez. Hoy por hoy, sé que el descanso es sagrado. Mi mente funciona mejor porque le doy la recarga que necesita para eso. Si por algún motivo mi descanso se ve interrumpido en la noche, hago una pausa obligatoria de 45 minutos en la tarde siguiente. Y soy muy intencional con mi descanso cada vez que voy a dormir. Procuro despejar todo lo que puede perturbar mi descanso: la luz, el sonido, la mala postura corporal así como cosas que debo recordar al día siguiente.

Este año 2020 nos ha exigido el pensamiento al máximo. Nos vimos obligados a crear nuevas formas de vincularnos y trabajar. Muchos han tenido que encontrar consuelo a la distancia en vez de poder recibir un abrazo reparador. A veces, todo lo que necesitamos es descansar un poco para juntar energía para emprender otra vez. Date ese tiempo. No se resuelve menos por descansar. Se resuelve mucho mejor.

Estás descansando lo suficiente? Qué te está impidiendo tener un sueño reparador? Qué opciones tienes para resolverlo?

 

Tu puedes avanzar

Un día como cualquier otro de invierno puse una tanda de ropa en la secadora y, cuando encendí la máquina, empezó a hacer un chillido tan agudo que tuve que taparme los oídos y apagarla inmediatamente. Quedé sorprendida con lo que estaba pasando. Hice una pausa para reflexionar qué había hecho mientras cargaba el tanque de ropa, para identificar qué podría haber generado ese estruendo. Luego de unos segundos, concluí que no había hecho nada fuera de lo normal, así que, con cuidado, volví a encenderla, esta vez preparada para oír de nuevo ese ruido. Y, otra vez, volvió ese sonido insoportable, como de algo metálico que estaba girando a toda velocidad tocando alguna otra cosa metálica. La detuve de nuevo, con cierto susto de que pudiera provocar algún chispazo y generar un problema mayor. Así que llamé al service de la secadora para que enviaran a alguien que revisara el equipo para detectar lo que estaba sucediendo y me ayudara a resolverlo. El técnico la abrió, la revisó y me dijo que había un problema con un ruleman así que lo cambió por otro y la secadora volvió a funcionar de nuevo. 

 

¿Por qué te cuento esta historia? Porque en alguna medida, los seres humanos funcionamos como una máquina también. Todo en nosotros está perfectamente calibrado. Somos una creación (ya que no nos creamos a nosotros mismos) con un propósito (el objetivo de la creación). Mi creencia es que somos seres espirituales, dotados de un intelecto, viviendo en un cuerpo físico. El problema que tenemos es que no nos dimos cuenta de esto  y, por ende, no conocemos todos los programas que tenemos ni cómo resolver los desperfectos que puedan haber en nuestro sistema. Así como la secadora, requerimos:

– un manual de uso para conocernos y apreciar las posibilidades que tenemos

– tomar consciencia cuando algo en nosotros está funcionando mal

– llamar a un técnico que sepa acerca de nuestro funcionamiento

– hacer un diagnóstico y un plan para resolverlo 

– accionar

 

De la misma manera como cuando encendí tímidamente la secadora por segunda vez esperando escuchar el mismo estruendo, cuando hemos experimentado fricción y dolor, ya sea en el orden de la vida privada como en la laboral, nos cuesta volver a enfrentarnos a esa misma situación porque no queremos que nuestro “desperfecto” quede expuesto, ni queremos repetir el dolor del pasado. Así que manejamos dos alternativas posibles: dejar morir esa área de nuestra vida que no hemos “arreglado” (con las consecuencias del caso)  o llamar a un técnico y asumir el precio de la reparación (algo difícil de hacer, porque el precio más grande por supuesto que no es el dinero, sino atravesar el dolor). Ambas opciones tienen consecuencias para nosotros. Una, bastante negativa; la otra, muy positiva.

 

Cuando el dolor es físico, vamos a ver a un médico. Pero cuando el dolor tiene que ver con nuestras experiencias pasadas nos resignamos a que eso fue lo que “nos tocó vivir” y lo dejamos guardado en alguna cajita interior creyendo que podrá quedarse ahí sin volver a perturbarnos. Y no es así. En conversaciones con algunos de mis coachees he descubierto almacenes con cajitas guardadas de piezas sin reparar. Y, si bien preferimos creer que podemos mantenerlas ocultas, estas en algún momento, (quizás en el menos adecuado), se hacen notar. Porque todo lo que está en nuestro interior se manifiesta en el exterior. Todo lo que somos determina lo que hacemos.

Entonces, ¿cómo hacemos para avanzar? Primero que nada y a diferencia de la secadora, la reparación la haces tú mismo. Una vez que conoces qué es lo que no está bien en tu interior, tú tienes (a grandes rasgos) que agarrar el ruleman roto y poner uno nuevo. Lo haces con un guía, pero hay una parte del proceso de reparación que nadie puede hacer por ti. Eso se llama, tomar responsabilidad por tu vida. Y en segundo lugar, tienes que conocer el secreto de la reparación: Yo no llamé al técnico porque creí que la secadora estaba fundida, inutilizable de por vida. Lo llamé porque confié que el arreglo era posible. Lo mismo sucede con nosotros. Requerimos confiar en el técnico, en el proceso y en nosotros mismos. Confiar en que podremos salir adelante, atravesar el proceso y renovarnos. Ralph Waldo Emerson lo pone de esta manera: “La confianza en nosotros mismos es el primer secreto del éxito”. Tú puedes superar lo que sea que te está impidiendo avanzar en tu vida y en tu trabajo. Porque tu historia de vida es más grande que tus problemas. El dolor es inevitable, sí. Pero el sufrimiento es una elección. Puedes decidir resolverlo o seguir sintiendo el pinchazo todos los días. Tu eliges. 

 

Mi nombre es Carolina Alarcón y trabajo con personas que han elegido crecer y saben, en su corazón, que su propósito es mayor que la batalla que les haya tocado enfrentar. Si quieres comunicarte conmigo puedes hacerlo a través de mi mail coachcaroalarcon@gmail.com

 

Yo creo en ti. 

Y creo en tu potencial.

La claridad es poder

 

Ves en tu vida espacio para mejora significativa? Estás pensando que, pese a encontrarnos en medio de una pandemia, podrías lanzarte de manera independiente con ese proyecto que hasta ahora estás desarrollando a un lado? Fantaseas con la idea de hacerlo crecer y no sabes cómo?

Una de las causas más comunes por las cuales las personas no dan el salto hacia aquello que desean emprender es por la falta de CLARIDAD. La claridad es poder. La claridad nos da una dirección. No podemos desarrollarnos sin dirección. Si no trabajamos duro a diario para estar claros y enfocados nos vamos a perder en el camino.

Y cómo hacemos para tener claridad?

Primero que nada, requerimos mejorar nuestra conciencia y la forma en la que nos ponemos objetivos. Debemos responder las siguientes preguntas:

1) Qué es lo que queremos exactamente?

2) Por qué lo queremos?

3) Cuándo lo queremos?

4) Cómo lo queremos?

5) A qué costo lo queremos?

Estas preguntas no son porque sí ni deben ser tomadas a la ligera. Porque cuando te dispongas a responderlas vas a encontrar el motivo por el cual aún no te has lanzado de lleno en hacer crecer aquello que dices que quieres para ti.

Indaguemos en la profundidad para entenderlas mejor.

Qué es lo que quieres exactamente? Si no tienes claro hacia donde te diriges, cualquier camino te llevará a cualquier parte. El “qué” se refiere a lo concreto, a lo medible. No a una idea vaga y aproximada. Sino, concretamente qué es lo que quieres alcanzar?

Por qué lo quieres? Qué es lo que te motiva a hacerlo? Es de las preguntas más importantes que debes responder. La falta de una gran motivación, de un propósito fuerte, es la causa de la procrastinación, del dejar para luego, de no ponerte en acción rápidamente. Esta es la respuesta que te sostendrá cuando estés cansado de trabajar sin ver los resultados esperados, cuando te veas tentado a abandonar, es la razón por la cual tendrás disciplina y te mantendrás perseverante.

Cuándo lo quieres? Definir un plazo para alcanzar tus objetivos es determinante para marcar el ritmo de trabajo. Si no tienes un plazo (un deadline) adivina qué…? Es probable que pases años trabajando en ello sin finalmente dar ningún paso concreto. No tendrás la urgencia que se requiere para avanzar.

Cómo lo quieres? Esta es una de las preguntas que detiene a la gran mayoría de las personas. Tienen una idea vaga de lo que quieren pero no logran establecer la hoja de ruta, cuál es es camino que comenzarán a transitar para alcanzarlo. Muchas veces porque no saben cuál es el mejor camino o tienen dudas. Si quieres ver tu proyecto realizado, debes definir el camino. Caso contrario no estarás avanzando hacia ningún lado. Este es el paso donde escribes tu plan: qué harás exactamente y en qué orden para llegar adonde te propones llegar.

A qué costo? Si la anterior es la pregunta que detiene a la gran mayoría de las personas, ésta es la pregunta que la gran mayoría ni siquiera se hace. Todo sueño, proyecto, emprendimiento tiene un costo. Y el costo no es únicamente monetario. El costo también implica tiempo. Cuánto dinero y tiempo estás dispuesto a invertir en la concreción de aquello que deseas? Porque es claro que si empiezas a trabajar en algo nuevo vas a tener que dedicarle horas de tu tiempo que, hasta hoy, se lo dedicabas a otra área de tu vida (tu tiempo de ocio, descanso, familia, hobby, etc). La respuesta del costo es la causa mayor del fracaso en dar el primer paso: “No tengo los recursos”. “No tengo el tiempo para hacerlo”. Si eres lector de biografías, te recomiendo que leas las biografías de las personas que admiras y que han alcanzado aquello que te gustaría para ti. Verás que ellos tampoco contaban con los recursos ni con el tiempo. Pero su “por qué” era tan fuerte que buscaron las maneras de hacerse de tiempo y del dinero para hacerlo realidad. El propósito es gasolina para encontrar cómo pagar el costo de nuestro sueño.

Ahora te toca a ti. Cuál de estas preguntas te había quedado sin responder? Qué pregunta te dio la claridad que te hacía falta para ponerte en acción? Cuál es la que más te cuesta responder?

Si quieres comunicarte conmigo para que podamos trabajar en tu proyecto en profundidad puedes contactarme a través de mi email: coachcaroalarcon@gmail.com y, juntos, lo haremos posible. 

Será un gusto transitar este camino contigo.

Para crecer, sé intencional

La diferencia en el crecimiento entre los seres humanos no lo marca lo que saben acerca de algo, sino lo que hacen con lo que saben. En otras palabras, simplemente saber acerca de algo no nos hace crecer. Porque el crecimiento no se produce de manera automática, sin esfuerzo. El crecimiento es intencional.

Queremos desarrollar una área nueva en la empresa, queremos crecer como líderes, queremos crecer a nivel personal, queremos crecer en nuestra capacidad de conectar, crecer en salud, en las finanzas, en nuestra espiritualidad, en nuestros vínculos… sea el área que sea, crecer implica tomar acción. Tú tienes que tomar acción en la dirección en la que quieres crecer. Porque no sucede de otro modo.

Nos resistimos a tomar acción porque el crecimiento implica cambio. Si nada cambia, estamos haciendo lo mismo que siempre. Si hacemos lo mismo que siempre, obtenemos los mismos resultados que siempre. Si queremos resultados diferentes, necesariamente debemos experimentar algo nuevo, diferente, quizás hasta desconocido para nosotros. Esperar a que las condiciones cambien o mejoren solas, no nos apoya. Nosotros debemos dar el paso. Ya lo dijo brillantemente Mahatma Gandhi: “Sé el cambio que deseas ver en este mundo”. No dijo: “ve el cambio”, sino “sé el cambio”. Si queremos que algo en nuestras vidas cambie, nosotros debemos ser el cambio.

Y John C. Maxwell afirma que “el crecimiento es la única garantía de que mañana será mejor que hoy”. Suena lógico y obvio. Pero tendemos a pasar por alto lo más esencial. Cuando crecemos, nuestra vida mejora. Por definición. Crecer es el camino para alcanzar nuestro potencial. Y cuando estamos en ese camino nos sentimos increíble. Porque no solo hemos mejorado como personas, sino que ahora tenemos mucho para contribuir a los demás.

Y por qué una buena parte de los seres humanos no crece? Hay muchos motivos. Algunos de ellos son: que no saben como crecer, que creen que hay otros mejores que ellos, que están esperando el momento en que todo esté perfecto para dar el paso, ó creen que no es el momento adecuado, ó que no tienen los recursos adecuados para empezar… etc, etc. Excusas. Por más duro que suene, debemos reconocer (y empiezo reconociéndolo yo) que somos los reyes de las excusas. Ponemos todas las excusas que encontramos para justificar que no estamos dando ese paso de crecimiento en nuestra vida que cambiaría de manera radical nuestros resultados. Porque nos resistimos al cambio. Nos resistimos a lo desconocido. Nos resistimos a salir de lo familiar.

Y es lógico, en la Universidad no nos enseñan a crecer a nivel personal. Nos enseñan acerca de un tema en particular: ventas, arquitectura, medicina, veterinaria, publicidad, etc… En otras palabras, nos enseñan qué pensar, no cómo pensar acerca de nosotros mismos para crecer.

Si sos de las personas a las cuales les interesa el camino del crecimiento personal y quieren empezar a entender cómo aplicarlo en su vida, te dejo algunas preguntas disparadoras para apoyarte en ese camino:
En qué área quieres crecer? Por qué? Qué te está impidiendo crecer? Qué podrías hacer diferente que cambiaría los resultados que hoy no te conforman? Cómo se vería tu vida, trabajo, salud, espiritualidad, misión, tiempo libre, etc. si tomaras la decisión de crecer y dieras el primer paso?

Si entiendes que es hora de tomar en serio tu crecimiento personal y quieres participar de una Mastermind de Crecimiento escríbeme a hola@caroalarcon.com que te hago llegar info para unirte al próximo grupo. Vamos a estudiar qué es todo esto del crecimiento personal y, además, a aplicarlo en tu vida. Será un honor acompañarte en el camino y verte crecer.